Segundos después…
Un ruido despertó a Alejandra de
sus pensamientos y se puso en pie.
-¿Dónde está Niall?- preguntó
alarmada a los demás, que se habían sobresaltado por el ruido. No obtuvo
respuesta.
Se acercó al cuarto de baño de
donde había venido el ruido y en efecto, allí estaba.
Cuando entró se quedó con la boca
abierta.
-¿Qué has hecho, animal?- le gritó
tras ver el espejo roto. Este que estaba sentado en el suelo la miró
malhumorado, como si Alejandra supiera perfectamente el motivo de su enfado. -¿Qué
te has hecho en la mano?- preguntó al ver que sus nudillos sangraban.- ¿Has pegado
un puñetazo al espejo y lo has hecho pedazos?- Niall se levantó del suelo y se
acercó a ella.
-No preguntes lo que es obvio.-
contestó él, serio, a la vez que se marchaba con una toalla alrededor de la
mano. Alex le siguió pero esté cerró la puerta de la calle con un portazo antes
de que pudiera alcanzarle.
Alex se quedó atónita.
-¿Y a este que le pasa?- preguntó
Louis. Todos se encogieron de hombros.
Mientras en la calle…
El frío se le clavaba en los
brazos. Con las ganas de salir de allí se había dejado la chaqueta. No paraba
de darle vueltas al asunto.
Se quito la toalla que había
enroscado en su mano y la tiró en el contenedor. Tenía los nudillos hinchados y
llenos de sangre ya seca.
Sus pensamientos brotaban
libremente por su cabeza. No dejaba de escuchar las palabras de aquel chico.
Continuamente se repetían sus palabras hacía Alex: “He visto como te mira…
Conozco esa mirada”. Tenía razón desde el principio.
Sus ojos empezaron a empañarse y se
sentó en la acera de algún lugar a unas cuantas manzanas de la casa. Sorbo,
hipó y se mantuvo firme ante la situación pero volvió la tristeza y ahora no
sabía el por qué.
-“¿Qué pasará ahora?¿Que estará
pensando ella de mi?¿Qué hago? ¿Estoy haciendo el ridículo? ¿Debería volver?
No, no puedo. ¿Qué hago?”- Se pegó las rodillas al pecho y se abrazó las
piernas para, de alguna forma evitar el frío… y sus pensamientos.
Al día siguiente…
Cuando Alex despertó Niall no
estaba a su lado. ¿Dónde había pasado la noche?
Empezó a buscarlo por el comedor y
la cocina y siguió por las habitaciones. Todos dormían. ¿Dónde estaba? Al final
pensó que no lo encontraría, que Barcelona era muy grande y que podría estar en
cualquier parte, vagando, sumido en sus pensamientos, pensamientos que ella no
entendía, no entendía aquella reacción en él.
Esa misma mañana…
Todas esas preguntas se habían seguido
formulado en su cabeza. No podía. Había pasado la noche en vela. El frío le
quebraba hasta a los huesos. Meditó un instante y se levantó. Debía volver.
Tenía que hablar con Alejandra, no iba a arriesgarse a perderla, y
comportándose como lo estaba haciendo sólo conseguía lo que no quería, alejarla
de él. Se estregó los ojos. Debía de llevar unas ojeras horribles. Parpadeó un
par de veces y se metió las manos en los bolsillos. Empezó a andar de camino a
casa. El día estaba gris y él sólo deseaba no haber estropeado las cosas.
Minutos después…
Les había preguntado a todos si lo
habían visto, pero no había ni rastro de Niall. Ninguno le había visto desde la
noche anterior.
De pronto se escuchó la puerta y
Liam, que estaba sentado en una butaca desde dónde podía ver quien entraba,
observó a Niall y tosió. Niall le devolvió la mirada y avanzó hasta el salón.
Se paró frente a Alejandra.
-¿Se puede saber dónde te habías
metido, idiota?-le preguntó ella enfadada. Él apartó la mirada.- Eres un
estúpido Niall Horan, un estúpido y un inconsciente.- esta lo empujó contra la
pared. Él la miró unos instantes sin decir palabra, se mordió el labio inferior
arrepentido, sabía que aquello iba a pasar. Volvió a apartar la mirada de la de
ella, la cual ahora le intimidaba.- Eres un inmaduro. ¡Mírame! ¿Por qué lo has
hecho?
La culpabilidad le invadía el
cuerpo, pero entonces recordó la conversación con Dani, el cristal, su mano. Se
la miró. Los nudillos todavía estaban hinchados. Suspiró.
-¿Quieres saber por qué me fui?- le
preguntó. Ella se cruzó de brazos frente a él esperando una respuesta.-
Necesitaba pensar. Necesitaba creer que confiaba en ti.
-¿A caso no confías en mí?-le
peguntó ella sorprendida.
Marta le echó una mirada a Liam
para que fuese con el resto a la cocina y dejara que Niall y Alejandra tuvieran
su conversación privada. Él se levantó y fue dónde estaba ella, pasando por el
momento incómodo de pasar entre Alejandra y Niall. Cuando llegó dónde estaba
Marta, la agarró por la cintura y miró a este.
Una vez todos se hubieron ido,
Niall se sentó en la butaca dónde estaba antes Liam.
-Lo escuché todo, Alex.-le
confesó.- Y no me digas que no tenía razón.- Ella, todavía de brazos cruzados,
le miró atónita.
-¿¿¡Qué lo escuchaste todo!??-le
preguntó.- ¿Y qué hacías escuchando nuestra conversación? Era privada.
-Perdona que me preocupe sobre que
habla mi novia con su mejor amigo. Estaba preocupado, Alex, sabía que Dani
estaba enamorado de ti, lo supe desde el momento en que te miró en el
aeropuerto. Y no, no me equivoqué.
-Te odio.
-¿Por qué? ¿Por preocuparme?
-¡NO! Por escuchar conversaciones
ajenas y por hablar sin saber. ¡No tienes ni idea de lo que pasó!-los ojos se
le llenaron de lágrimas. Niall se levantó y se acercó a ella, quiso abrazarla
pero ella lo apartó.- No tienes ni idea…- una lagrima resbaló por su mejilla.
-Alex… yo…
-Déjalo Niall, no creo que…- se
estregó los ojos- No creo que podamos solucionarlo.
Dicho eso se fue a su habitación y cerró la puerta de un
portazo. Liam al escuchar el portazo salió al pasillo, miró la puerta y luego a
Niall. Se dirigió a él.
-¿Qué ha pasado, tio?-le preguntó
dándole una palmada en el pecho.
-La he perdido.-le contestó con la
vista todavía en la puerta de su habitación. Acto seguido se dirigió a la suya.
No podía creer que hubiera sido tan
estúpido. Cerró la puerta con rabia y se quedó sentado tras ella con las manos
en la cabeza. ¿Cómo había dejado que pasara?
Mientras en la otra habitación…
Estaba sentada tras la puerta,
encogida, lloraba. Se sentía traicionada. Niall, la persona a la que más quería…
Se secó las lágrimas cuando notó
que alguien intentaba abrir la puerta y no podía al estar ella. Sólo esperaba
que no fuera él.
La puerta se abrió y entraron las
chicas. Marta abrazó a su hermana. Todas la abrazaron. No hizo falta decir nada
para entender lo que había pasado.
Después del abrazo se sentaron en
la cama.
-¿Pero entonces lo habéis dejado?-
preguntó Elbe al cabo de un rato.
-No lo sé… creo que sí.
-¿Y por qué? Si estabais muy bien
juntos.-dijo Ana. Alex sonrió, seguramente causa de algún recuerdo bonito o
gracioso, pero a pesar de sonreír sus ojos empezaron a derramar lágrimas.
-Ey, va, no llores. Seguro que lo acabáis arreglando.-la animó
Paula.
-Es que se ha portado mal conmigo,
Paula, no confía en mí.
-¿Qué te hace pensar que no confía
en ti?-preguntó Adela.
-Ayer, cuando Dani y yo hablamos él
me confesó que estaba enamorado de mí.-contestó. Todas se miraron
boquiabiertas.
-Joder, tía, estás on fire-dijo Ana.- Primero Louis, luego
Niall y ahora Dani.
-¿Con Louis? ¿Qué pasó con Louis?-preguntó
Paula.
-¿No te enteraste?-preguntó Elbe.
-Louis estuvo pilladísimo por Alex,
si es que no lo sigue estando.-contó Marta.
-Anda, calla.-le dijo Alejandra
riendo mientras le lanzaba un cojín, el cual le dio en toda la cara.- No creo
que Louis…
Todas se callaron cuando él
apareció por la puerta.
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