En otro lugar de la casa…
Hacia un buen rato que Liam y él habían vuelto y desde entonces se
había empeñado en que arreglar la melodía de la canción, ya que según él tenía
que ser perfecta.
Estaba en su habitación, en la tercera planta. Estaba sentado en la
silla giratoria de su escritorio, haciéndola girar cada dos por tres. Cogió un
lápiz y se puso a anotar la letra de la canción, concentrado, con la lengua
fuera.
Cuando terminó dejó el lápiz y se levantó rápidamente de la silla, la
cual dio vueltas y vueltas hasta que Niall volvió y puso la mano sobre el
respaldo para detenerla y volverse a sentar con la guitarra sobre las piernas.
Sonaron las primeras notas y las fue anotando cuando creía que estaban perfectas,
cuando hubo terminado la hizo sonar y sonrió satisfecho. Observó el reloj. Las
5:15 de la madrugada, pero no tenía sueño. Se levantó y cerró la puerta para
silenciar un poco el sonido de su guitarra. Cuando volvió a sentarse se quedó
mirando la ventana, el cristal de la cual empezaba a empañarse. Fuera hacía
frío pero allá dentro hacía demasiado calor. Se quitó la chaqueta y la tiró
dejándola en la cama. Le gustaba mucho aquella habitación. El techo era de
madera y estaba en buhardilla. El hecho de que estuviera en la parte más alta
de la casa hacía que fuera una de las habitaciones más cálidas, cuando se
tumbaba en la cama podía contemplar las estrellas desde la ventana del techo.
Le encantaba pasar los minutos contemplándolas, le relajaba.
Le entraron ganas de tumbarse y poder contemplarlas en aquella noche
pero decidió repasar la canción de nuevo. Empezó a tararearla mientras marcaba
el ritmo con el pie. Apretó los labios y cerró los ojos. Tal vez no fuera la
mejor canción del mundo, pero era la más especial.
En esos momentos en una casa de
Barcelona…
Hacía ya unas horas que dormía.
“Estaba en ese lugar secreto. Los campos, las montañas, los árboles y
el lago se veía más bonito en primavera. Las rojas amapolas teñían el campo con
su color y la nieve empezaba a desaparecer de las montañas. Los pájaros
cantaban y las pocas nubes que tapaban aquel cielo perfecto eran de algodón.
Llevaba puesto un vestido de flores, precioso. Se descalzó y metió los pies en
el agua. Estaba fría, pero se agradecía, ya que hacía un día muy caluroso. Miró
a Niall, el cual estaba a su lado, éste le sonrió, se quitó la camiseta y se
sumergió en las aguas del lago. Cuando salió a la superficie se pasó la mano
por el cabello para echárselo hacia atrás y sopló intentando quitarse una gota
de agua que le colgaba de la punta de la nariz. Alejandra se rió y él la miró
sonriente.
-Venga, anímate, está fresquita...-le dijo tiritando un poco. Ella
negó con la cabeza.-…pero te acostumbras.- Ella volvió a negar y él nadó hasta
dónde estaba. Se apoyó en la madera y acercó su cara a la de ella. Ambos se
miraron y sonrieron. Las gotas que le caían a Niall del pelo fueron cayendo
sobre el vestido de Alex. Él le tendió la mano y ella se la cogió, luego sonrió
malignamente y tiró de ella haciéndola caer al agua. Se hundió en el agua con
los ojos cerrados, buscando su cuerpo con sus manos. Cuando salió a la
superficie Niall la miró.
-¿Qué ha pasado?-le preguntó riéndose. Ella le pegó en el brazo con la
respiración agitada.
-Tonto, casi me ahogo.-le dijo ella. Él la abrazó.
-No lo hubiera permitido.-dijo mirándola. Ella le devolvió la mirada perdiéndose
en aquellos ojos azules que hacian que pensara que estaba en un sueño…”
Se despertó.
En el salón de una casa de Londres…
Llevaban un buen rato hablando, pero no se cansaban. El hecho de que a
los dos les gustase hablar convirtió aquella conversación larga en una casi
eterna.
-Algún día tendrás que venirte.-le dijo Marta.
-¿Dónde, allí?-le preguntó él. Ella afirmó con la cabeza. Él se
encogió de hombros.
-No hagas eso, te obligo.-le dijo ésta apuntando a la cámara con el
dedo índice.
-Vale, vale.-le dijo él alzando las manos. Ella rió y él sonrió. Se
quedaron un rato mirándose, sonriendo y sin saber que decir.
-Eres especial, ¿lo sabes, no?-le preguntó con la sonrisa todavía en
la cara.
-Tú también…-le respondió él poniéndose serio.-Todavía no me acostumbro
a no verte por aquí.-suspiró. Apartó la vista de la pantalla. Su expresión se
volvió triste pero no quería que lo notase.
-¿Qué te pasa, Liam? ¿Estás bien?-le preguntó ella.
-Sí.-se aclaró la garganta y se humedeció los labios a la vez que
volvía a mirar a la pantalla.- Es solo que me estaba acordando de una canción
que ha escrito Niall sobre tu hermana y él.
-¡¿QUÉ?!-exclamó gritando sin poder creérselo.- ¿Qué Nialler ha
escrito una canción sobre mi hermana y él?- se quedó con la boca abierta,
reaccionando.- Wow.-suspiró.
-Sí, deberías escucharla, es preciosa.-él se quedó en silencio y le
hizo un gesto a Marta para que se callase y escuchase.- ¿Lo oyes?-le preguntó.
Ella negó con la cabeza.
-Está cantando.-rió.- Acabará despertando a los demás.- Bajó la cabeza
sonriente.-Creo que está orgulloso de la canción.-dijo volviendo a mirar a la cámara.
-Me muero por escucharla, ya verás que sorpresa se lleva Alex.
En la habitación de Alejandra…
Se levantó de la cama y salió de la habitación sonriente. Qué bonito
sueño. De repente le invadió la pena. Solo había sido un sueño. Hubiera dado
todo y más para que aquello hubiera sucedido realmente, aunque aquel fuera su
vestido nuevo.
Unas risas hicieron que dejara de pensar en el sueño. Se dirigió al
salón de dónde provenía una luz. Vio a Marta con el ordenador, riéndose. Se
acercó al sofá y se quedó atrás. Se estregó los ojos y miró la pantalla. Liam
la saludó.
-¿A quién saludas?-le preguntó Marta que no se había percatado de la
presencia de su hermana.
-A tu hermana, la tienes detrás.-le contestó sonriendo.
Marta movió el ordenador para que la luz de la pantalla iluminase a su
hermana.
-¿Qué haces despierta?-le preguntó Marta a su hermana en español.
-Estaba soñando, me he despertado. Iba a la cocina a por agua cuando
he escuchado que te reías y he visto luz y he venido.- Después de decirle eso
se acercó a la pantalla.- ¿Está Niall por ahí?-le preguntó buscándolo por la
pantalla.
-Está en su cuarto, ¿le llamo?-le preguntó.
-No, a lo mejor está durmiendo.-le dijo Alejandra con unas ganas
inmensas de verle, pero con miedo a despertarle.
-Que va, si está cantando como un loco, se le escucha desde aquí.-volvió
a decir Liam. Se escuchó el débil sonido de la guitarra.- Antes se escuchaba
más, ha debido de cerrar la puerta.-sonrió.- ¿Voy a buscarle?-le preguntó de
nuevo.
-Sí, por favor.-dijo ella ansiosa, pegada en la pantalla.
-Espera…-cogió un papelito y lo pegó delante de la cámara.
-¿Pero qué haces?-le preguntó ella.
-Asegurarme de que no os veréis hasta que yo quiera.-rió malignamente.
Luego se escucharon sus pasos alejándose.
En la habitación de Niall…
Estaba de pie en medio de la habitación, con la guitarra, tocando una
y otra vez la melodía de la canción y cantando. Dejó la guitarra en la silla
giratoria y sonrió mientras dio una palmada. Cuando Liam llamó a la puerta éste
tropezó con el pie de la cama y cayó en ella boca arriba. Se quedó un par de
segundos mirando la ventana. Suspiró.
-¡Pasa!-Liam abrió la puerta y se quedó apoyado en el marco de ésta.
Niall se sentó.-¿Qué pasa?-le preguntó.
-Ven, quiero enseñarte algo.-le dijo Liam desapareciendo en el
pasillo, escuchó como bajaba por las escaleras.- ¡Venga!-Niall le siguió.
Bajaron las escaleras y los últimos tres escalones los saltaron. Antes de
llegar al salón Liam le tapó los ojos con la mano.
-¿Qué haces?-le preguntó intentando deshacerse de su mano.
-Para, quieto, es una sorpresa.- le dijo mientras caminaban hacia el
sofá.- A ver, siéntate.-le ordenó. Éste obedeció y Liam le destapó los ojos a
la vez que quitaba el papelito de la pantalla.- ¡Tachán!
Niall se quedó mirando la pantalla, inmóvil, anonadado, con la boca
abierta. El iris de sus ojos recorría toda la pantalla, observándola. Ella le
sonrió emocionada y junto a su hermana le saludaron. Él sonrió y las saludó.
-¿Cómo es que no me contestabas a las llamadas?-le preguntó poniéndose
serio.- Me estabas preocupando. ¿Estás bien?
-Sí, sí, Romeo, está bien, solo se había dejado el móvil cargándose en
casa. Alejandra no dejaba de mirar la pantalla, posando la mano sobre ésta,
como si pudiera tocarlo de verdad.
-Niall…-le llamó casi en un suspiro.
-Dime.-dijo. Liam se sentó en el reposabrazos del sofá. Marta y él sonreían.
-Estab… Estaba soñando contigo.-tartamudeó. Luego tragó saliva.-Te
echo mucho de menos.
El se puso la mano en el pecho.
-Yo también te echo de menos… y, ¿qué has soñado?- le preguntó
curioso.
-He soñado que estábamos juntos, en el lago. Era primavera…- Liam la
interrumpió.
-Tal vez os volváis a ver en primavera.
-¡No! Quedan dos meses para primavera…- dijo Niall volviéndose hacia
Liam.- no aguantaría tanto tiempo sin verla.- dijo volviéndole a mirar a
Alejandra.
Ella suspiró. Le encantaba que le dijera aquellas cosas.
-¿Sabes qué, Alex?-le dijo Liam inclinándose para que se le viera
mejor. Alejandra hizo un gesto para que le dijera qué.- Te ha escrito una
canción.- Liam rió.
-¿A sí?-le preguntó ella emocionada.
Niall se sonrojó.