Fueron unos segundos felices para
Paula, que desde hacía días, había empezado a sentir algo especial por aquel
chico que ahora la besaba.
Cuando separaron sus labios, Louis
la miró y sonrió y acto seguido se dejó caer sobre ella. Paula se quejó.
-¡Pero que bruto que eres!-le
gritó.- ¡casi dejo de respirar!
-¡Tranquila! Yo te doy aire.-a
Paula no le dio tiempo ni a reírse, pues Louis ya había vuelto a besarla.-
¿Ya?-le preguntó cuándo dejó de besarla. Ella soltó una carcajada, luego tosió.
Ambos se incorporaron. Louis la miró preocupado.
-Sí, ya está.-contestó ella cuando
dejó de toser.
Mientras en un lugar de Barcelona…
-Que sepas que fuiste tú el que
quiso invitarme a cenar.-dijo Elbe.
-Que sepas que no me arrepiento de
haberlo hecho.-atacó Ed sonriente. Elbe lo miró extrañada. A pesar de lo borde
que era con él, no se arrepentía de nada.
-Bueno, ya está. Dejad de discutir,
¿no?-dijo Zayn harto de escucharlos discutir desde que salieron del
restaurante.
-¿Del resto sabemos algo?-preguntó
Ana.
Elbe y Ed negaron, luego Elbe se
volvió y dijo en voz baja…
-Todo es culpa de Niall… no sé si
conseguirá a Alex.-Ed, que la había escuchado, se volvió y se plantó frente a
ella.
-Primero...-Elbe apartó la vista de
su mirada, pero él hizo que volviera a mirarle.-… no sé porque te disgusta
tanto que te haya invitado a cenar, y segundo, estoy seguro de que Alex y Niall
están aprovechando bien su estancia solos en la casa.
-Jo, qué envidia.-dijo ella al cabo
de un silencio, aunque esa vez nadie la escuchó.
Ana y Zayn iban hablando
tranquilamente cuando ella lo detuvo.
-Mira.-dijo señalando un lugar
entre los árboles, cogió a Zayn y se ocultaron tras unos arbustos, Elbe y Ed
los imitaron.
Entre la oscuridad de los árboles
se podía distinguir perfectamente la silueta de dos personas cogidas de la
mano.
-¿Quiénes son?-preguntó Ed.
-Juraría que son Paula…-dijo Ana.
-¡…Y Louis!-dijo Zayn sorprendido,
y le entraron ganas de reírse.
-Ya decía yo que entre estos dos
había algo.-añadió Ed.
-Ahora entiendo porque Louis me
dijo que se iría sólo con Paula.-dijo Zayn cuya expresión de sorpresa todavía
permanecía en su rostro.
-¿¿Qué??-preguntaron Elbe y Ana al
unísono. Zayn rio más.
-Tranquilas, Louis es buen
chico.-dijo poniendo una mano sobre el hombro de Ana. Luego se volvió hacia la
pareja que paseaba de la mano entre los árboles y se alejaba.- Además… ¿no creéis
que hacen una buena pareja?
Mientras en casa…
Niall miraba a Alejandra, que hacia
un rato que se había dormido.
Había sido una noche genial. Había
conseguido que le perdonara y sus esfuerzos habían tenido su recompensa. Tal
vez fuera el chico con más suerte del mundo, o al menos así se sintió él.
Con cuidado para no despertarla
apagó la luz de la mesilla, luego la abrazó y ella sonrió.
-Te quiero.-le susurró él
sonriendo, antes de quedarse dormido.
Mientras en la calle…
Marta y Liam volvían hacia casa
mientras hablaban de la gira de ellos.
-Empezamos la siguiente semana en
Londres…-le comentó.
-Eso significa que tendrás que
marcharte pronto, ¿no?-le preguntó Marta con expresión triste.
-Me temo que mañana será el último
día.-le respondió. La miró y ambos se detuvieron. Cogió su cara con ambas
manos.- Pero lo aprovecharemos… y seguro que nos volvemos a ver pronto.
Aquellas palabras la llenaron de
esperanzas. Se puso de puntillas y le besó.
-¿Y qué quieres que hagamos
mañana?-le preguntó Marta sonriente, mientras continuaban su camino. Liam la
miró y a ambos les salió una sonrisa picarona, luego rieron.
-Creo que se me ocurre algo.-dijo
él.
A la mañana siguiente…
Toda la casa estaba en silencio,
todos debían estar dormidos… y de pronto suena el escandaloso sonido de un
despertador.
Harry abrió los ojos y miró el
reloj. Se quedó sentado en la cama. ¿Había sido una pesadilla? Se levantó, pero
se volvió a sentar. Se sentía más cansado que nunca. Y mientras tanto, en otra
habitación, seguía sonando el despertador. Harry se tapó los oídos, aquel
sonido le resultó más desagradable que nunca. Entonces dejó de oírse, escuchó
un breve silencio interrumpido por el sonido de una puerta al abrirse y unos
pasos en el pasillo, acompañados de alguna risita. Se levantó y abrió la
puerta.
Mientras en el salón…
En el salón se podía distinguir una
perfecta combinación entre el olor a café, tostadas recién hechas y a
felicidad.
Cuando Harry apareció en el salón,
Liam y Marta tomaban el desayuno en el sillón, ella sentada sobre sus piernas.
Reían de algo que Harry no pudo descifrar.
-Buenos días, Harry.-saludó ella
cuando lo vio. Harry les devolvió el saludo, fue a por una taza de café y se
sentó en el sofá con no muy buena cara.
-¿Qué ocurre?-le preguntó Liam al
ver su cara, sabía que a su amigo le pasaba algo.
-Nada…-apretó los labios, los
recuerdos de la noche anterior volvieron a su cabeza.-prefiero no hablar de
ello.-añadió con la voz temblorosa.
Marta se levantó y se sentó junto a
él, le rodeó los hombros con su brazo y Harry apoyó su cabeza en el hombro de
la chica, quien empezó a acariciarle el pelo. Liam y Marta intercambiaron
miradas de incomprensión y él se levantó para ponerse al otro lado de Harry. Le
puso una mano sobre la rodilla y éste le miró con los ojos vidriosos.
-Quiero que sepas, que sea lo que
sea lo que te pase, aquí tienes un hermano.
Eso hizo que en su rostro
apareciera una sonrisa, una sonrisa fugaz que desapareció cuando empezó a
hablar.
-Verónica murió.-dijo serio.
-¿¿Qué??-preguntó Liam. Marta abrió
los ojos como platos y se llevó ambas manos a la cara. No podía ser. No creía
lo que acababa de escuchar. Se levantó.
Liam miró a Harry, que miraba hacia
enfrente, sin mirar a ningún lado, con los labios apretados, como si así
pudiera evitar que las lágrimas cayeran por sus mejillas, esperando no haber
escuchado bien sus palabras. Luego miró a Marta, que estaba quieta, de pie,
dándoles la espalda. Se levantó y se dirigió hacia ella justo cuando se volvió.
-¡NO PUEDE SER! ¡DIME QUE NO ES
CIERTO! ¡DIME QUE VERO NO ESTÁ MUERTA!- gritó dirigiéndose a Harry, llorando.
Él no le respondió y ella se dejó caer al suelo, sollozando.
En una de las habitaciones…
Niall se despertó al escuchar los
gritos.
-¿Qué ocurre?-le preguntó Alex, que
al parecer también se había despertado.
-No lo sé…-Niall se levantó y se
puso algo de ropa.- Voy a ver qué ocurre.-y dicho eso salió de la habitación.
Alejandra se quedó sentada en la
cama, todavía envuelta con la sabana. Miró el reloj que marcaba que todavía era
muy temprano, se levantó, se puso su ropa interior y un albornoz y después
salió de la habitación.
Se dirigió descalza, a pasos lentos
hacia el salón, dónde vio que estaban todos. No entendía que pasaba, pero todos
tenían mala cara.
-¿Qué ocurre?-preguntó Alex, Niall
se volvió al escucharla y se dirigió a ella. Ambos se dirigían de nuevo a la
habitación, pero antes de marchar del salón vio a su hermana llorando en brazos
de Liam y eso la preocupó.- ¿Qué pasa? ¿Por qué nadie me dice nada?-le preguntó
a Niall cuando ambos estuvieron en el cuarto.
-Es difícil de decir…-se mordió los
labios.- Verás, al parecer ayer, Harry no pudo verse con Verónica…-Alejandra lo
miró extrañada.-Hubo un incendio en su casa.-El miedo se reflejó en sus ojos.
-¿Pero está bien?-preguntó ella
asustada. El chico negó con la cabeza.
-Murió. Saltó por la
ventana.-aquellas palabras le costaron. Alex se llevó la mano sobre la boca y
de sus ojos empezaron a brotar las lágrimas. Niall no podía verla así, no
podía. Se acercó a ella, la abrazó con fuerza y le besó la cabellera.- No sé qué
decir en estos casos, la verdad…-hubo un breve silencio.- Lo siento mucho. Sé
que Marta y tú la conocíais bien y…-Entonces ella lo soltó y corrió hacia la
puerta.
Tenía ganas de hacerlo, fue un
impulso, salió corriendo de la habitación y se dirigió de nuevo al salón, dónde
vio a Harry en el sofá. Se dirigió a él y lo abrazó con fuerza. Segundos después
los dos empezaron a llorar.
-Lo siento mucho, Harry, lo siento
de verdad. Sabía que era muy importante para ti, sabía que la querías.-dijo
todo aquello rápido y entre sollozos. Harry la abrazó con fuerza.
-Si hubieras visto… la cara de su
hermano.-dijo él una vez se separaron.- Es muy pequeño, joder… y vio morir a su
hermana.-contó entrecortado por el hipo. Todos los miraron. No podía ser que el
último día, que fueran a pasar todos juntos, fuera a ser tan negro.- Os quiero,
chicos.
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