A la mañana siguiente…
Se despertaron temprano para ir a
comprar los regalos. Cuando salieron de la habitación todos dormían, se
debieron de ir tarde a dormir. Hacía frío y al verles tumbados en el sofá sin
mantas y encogidos Marta y Liam los taparon.
-¿Por qué duermen en el salón?-le
preguntó Marta a Liam una vez salieron al porche.
-En esta época del año, creo que es
el lugar más calentito.- dijo mientras se dirigían al coche.
Cuando llegaron a Londres buscaron
un sitio donde aparcar, aunque todo estaba lleno de coches y había un montón de
tráfico. Finalmente se metieron en el parking del centro comercial “Westfield Stratford”
y se fueron de compras. A pesar de que la mañana era nublada Liam llevaba gafas
de sol y una bufanda, que le tapaba la cara hasta la nariz, para que no le
reconociesen. No tenían mucho tiempo.
Sabía muy bien que les quería
comprar a los chicos.
-Voy a dar una vuelta por allí.-le
dijo Marta separándose de él.
Marta se paseó entre la gente,
mirando mientras pensaba que comprarle a Louis, hasta que la vio. Se acercó a
ella, que estaba de espaldas y le tapó los ojos.
-¿Quién soy?-le preguntó. Ella le
tocó las manos y trató de adivinarlo.
-No sé.
Marta le destapó los ojos y ella se
dio la vuelta. Ambas empezaron a gritar cuando se reconocieron.
-¿Qué haces aquí?-le preguntó
Verónica.
-Aquí, de vacaciones con los
chicos…
-¿Con los chicos? ¿Estáis de
vacaciones con ellos?-dijo ella sin dar crédito.
-Sí, ¡¿A qué es genial?! Después de
un mes del concierto Louis nos llamó y dijo que teníamos que vernos pronto y
nos invitaron por Navidad aquí.
-WOW.-dijo ella.- ¿Y está Harry por
aquí?-preguntó ella buscándole. Marta rió.
-No, he venido a hacer compras
navideñas con Liam, estaba pensando en que regalarles pero no tengo ni idea.
Ambas se quedaron pensativas.
-¿Y tú, que haces aquí?
-Pues mira pasando unos días. No
esperaba encontrarte por aquí, de verdad, que sorpresa.
Al cabo de unos minutos…
Liam llegó donde estaba Marta tras
pasarse un largo rato buscándola. Cuando vio a Verónica de lejos la saludó y
ella sonrió y le respondió. Éste llevaba muchas bolsas.
-¡Hola Verónica!-le saludó cuando
estuvo a su lado, y se dieron dos besos. Tras preguntarle cómo estaba, se
dirigió a Marta, que no llevaba ninguna bolsa.- ¿Todavía no has comprado nada?
-No, es que me he encontrado con
ella y hacía mucho tiempo que no la veía y hemos estado hablando… además no sé
qué regalaros… ¿a que me ayudas?-le preguntó con cara de pena. Él se rió de esa
cara y aceptó.- ¿te vienes? A Harry le encantará saber que estás aquí.
-Verás es que he venido con mis
padres… pero bueno, tengo tu número, te llamo un día de estos y me paso a
verle.-le guiñó un ojo. Se despidieron y siguieron comprando.
Minutos más tarde, en casa…
Harry se levantó a beber agua.
Cuando pasó por delante de la habitación de Louis, vio que éste ya estaba
despierto. Entró, quería hablar con él para saber que le pasaba, porque le
notaba raro.
-¡Hey! Buenos días, Louis-le
saludó.
-Buenos días.-sonrió Louis, aunque
no lo hizo con muchas ganas.
Harry se sentó en su cama y ajuntó
sus manos dando una palmada.
-Está bien, si no me lo dices tú
tendré que preguntártelo… ¿Qué es lo que te pasa, Louis? Estás rarísimo.
-Nada… no sé quizás no estoy
pasando por un buen momento.
-Pero si tienes a Alejandra aquí,
que es lo que querías, dentro de nada es tu cumpleaños y es Navidad, dime,
¿cómo puedo animarte?- dijo levantándose de la cama.- ¿Cómo? Porque no quiero
que pases los días así, si es por culpa de esas muletas, tranquilo, no estarán
ahí eternamente… creo.
Eso hizo que Louis riera.
-No creo que tenga que ver con las
muletas…-Harry rió y lo señaló con el dedo.
-Ya sé lo que te pasa.-soltó una
risita.-lo que te pasa es que hace mucho que no te vas de fiesta, ¿verdad?-
Louis esbozó una sonrisa mientras se encogía de hombros.- Bueno, creo que ya te
he hecho sonreír, más te vale mantener esa sonrisa en la cara durante todo el
día.-le dijo mientras se dirigía a la puerta. Louis seguía sonriendo por miedo
a que Harry lo viera no hacerlo. Cuando él desapareció, Louis dejó de sonreír
pero Harry volvió.
-Ja, te pillé, no estabas
sonriendo. Como no sonrías cocinas tú.-le amenazó. Luego pensó una amenaza
mejor.- O mejor, te cocinamos a ti. –ambos rieron y finalmente Harry fue a la
cocina a beber agua.
Mientras en Londres…
Marta y Liam se dirigían al London
Eye. Hacía mucho tiempo que ella quería ir a Londres y subir allí para ver la
ciudad bajo sus pies. Marta parecía emocionada y eso hacía que Liam sonriera.
Estaba como loca por conocer Londres.
Una vez estuvieron en lo más alto,
ella se pegó al cristal y aunque le dio un poco de vértigo no dejó de hacer
fotos.
Minutos más tarde se escuchó el
motor de un coche y Liam y Marta aparecieron poco después en el salón.
-Hola.-saludó él con los guantes
puestos.
-¿Dónde estabais?-preguntó Niall
estirando un brazo.
-Paseando por Londres.-contestó
Marta.- Dios, Alex, es genial.-se dirigió a su hermana. Hemos ido al “Westfield
Stratford” y allí me he encontrado con Verónica.- Harry se volvió al escuchar
ese nombre.
-¿No ha venido ella?-preguntó.
-No, ha dicho que me llamará un día
de estos para pasarse.-le contestó.- Luego hemos subido al London Eye y tiene
una vista preciosa.
-Y luego ella se ha empeñado en
subir en un bus.-dijo Liam sin mucha importancia. Los demás rieron.
-Liam me ha enseñado Londres y… ¡es
genial!- dijo emocionada.
-Aún te queda mucho por ver.-le
dijo.
-Lo he pasado genial.-dijo Marta
mirándole con una sonrisa de agradecimiento por aquella mañana.- ¡Y sólo son
las 12!
-Jo, yo también quería ir a
Londres.-dijo Alejandra cruzándose de brazos.
-Ya iremos.-le dijo Niall alargando
el brazo para tocar el suyo. Ella sonrió.- Todavía quedan muchos días.-dijo
pensando en los días que les quedaban por pasar juntos, aunque exactamente no
los sabía.- Bueno, voy a comer algo.-se levantó y se dirigió a la cocina.
-¿Y Louis?-preguntó Liam.
-Está en su habitación con el
portátil, al saber que hace.-dijo Harry riendo.
Unos días después…
La tensión cuando estaba a su lado
era cada vez más intensa, no podía aguantar a decirle todo lo que sentía, pero
el miedo a poder perderla como lo que era le podía y permaneció callado sin
decirle nada.
Los días se volvieron más fríos. Dormían
todos en el salón, exceptuando a Louis.
El día 24 sonó alguna alarma a las
10 de la mañana. Harry, Zayn, Liam, Niall, Alejandra y Marta se levantaron y
silenciosamente se dirigieron a la habitación de Louis. Éste, que llevaba días
sin poder dormir bien, dormía plácidamente hasta que todos se le pusieron a
saltar en la cama y a gritarle:
-¡¡HAPPY BIRTHDAY!!
Él se despertó con una sonrisa y
los miró a todos mientras se estregaba los ojos. Alejandra lo abrazó. Louis
dejó de pensar en sus problemas y saboreó aquel momento como si fuera el último.
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