Pasados unos días…
Llevaban días sin hablarse. Habían
pasado muchos días desde la discusión entre Louis y Alejandra y él ni siquiera
la miraba, cada vez que coincidían se evitaban y a Alejandra le entristecía que
estuviera así con ella y más sin saber porqué.
Una tarde…
Marta había recibido una llamada.
Estuvo hablando un buen rato y luego colgó.
-¿Quién era?-le preguntó Liam
curioso mientras cojía otro trozo de tarta de chocolate que Marta y Alejandra
habían preparado.
-Nada, se han equivocado.-mintió
ella mientras se guardaba el móvil en el bolsillo. Miró a su hermana y ella
miró su móvil. Luego Alejandra volvió a mirarla con tristeza, pero nadie se dio
cuenta de lo que aquellas expresiones significarían.
-Para haberse equivocado has estado
mucho rato hablando, ¿no?-le preguntó Niall mientras comía el último trozo de
tarta.
Esa noche…
Después de cenar, a Harry se le
ocurrió hacer una hoguera fuera. Todos salieron excepto Marta y Liam que se
quedaron recogiendo.
Liam miró a Marta y sus miradas se
cruzaron, ambos sonrieron tímidamente, y luego las apartaron. Él se humedeció
los labios y mientras guardaba algunos libros en la estantería le dijo:
-Luego tengo algo importante que
decirte.-dijo sin mirarla, mientras ponía los libros en su sitio. Hacía días
que quería decírselo, quizás aquel era el momento. Terminaron de recoger y
ambos se sentaron en el sofá delante del fuego.
-Yo también tengo que decirte algo
importante.- le dijo ella con expresión triste. Él le cedió el turno.
-Si tú primero.-le sonrió, pero
Marta no sonreía, ni le miraba. Ella tenía la vista fija en el fuego, con la
mirada triste, parecía que iba a empezar a llorar. Él la miró con preocupación,
¿era malo aquello que tenía que contarle? No entendía el porqué de aquel
sentimiento, de aquella sensación, de aquel pensamiento. Algo le decía que lo
que iba a contarle no iba a ser bueno, nada bueno. Ella se giró y le miró. Las
lágrimas ya brotaban por sus mejillas. -Hey, ¿qué pasa?-le preguntó acercándose
a ella, secándole las lágrimas.
-Me voy, Liam.-le contestó. Él se
quedó sorprendido, sin acabar de creerse lo que le había dicho.
-¿Qué te vas?-soltó una risita
nerviosa.- ¿Adónde?-le preguntó preocupado.
-Alejandra y yo nos volvemos a
España.-su voz se quebró y antes de empezar a llorar más se lanzó a los brazos
de Liam y escondió su cabeza en su pecho. Él la abrazó con fuerza, como si
aquella fuera la última vez que lo fuese a hacer. Le invadió el sentimiento de
tristeza.
-¿Cuándo?-le preguntó deseando que
no dijera “mañana”.
-El vuelo sale mañana a primera
hora.-le contestó. Los ánimos de Liam se desplomaron. Todo se había ido a freír
espárragos, tal vez nunca le podría decir lo que le quería decir.
-Volveremos a vernos, ¿verdad?-le
preguntó esperanzado, esperando que aquello no fuese un “adiós” si no un “hasta
pronto”.
-No lo sé, Liam.-volvieron a
abrazarse.-Espero que sí.-dijo volviendo a llorar. A él le entraron ganas de
llorar, pero se tragó su pena y se aferró al deseo de volver a verla.
Mientras en el exterior…
-¿¿QUÉ??-preguntaron todos sorprendidos
por la noticia que acababa de dar Alejandra.
-Pero, ¿cómo que te vas?, ¿cuándo? Y,
¿por qué no me lo habías dicho?-le preguntó Niall hablando rápido de los
nervios. No podía creerse que le fuera a dejar ahora. Alejandra se acercó a él
y le pasó la mano por el cabello rubio, luego recorrió su cara y dejó su mano
sobre su mejilla encendida. Él puso su mano sobre la suya.
-Sí, nos vamos en el primer vuelo,
mañana.-cada vez le costaba más hablar. A Niall se le escapó una lágrima que
humedeció la mano de Alex.- No te lo había contado porque me he enterado esta
tarde.
-Era esa llamada…-dijo Zayn.
Alejandra se giró hacia él y afirmó.- Deberíais haberlo dicho antes, os hubiéramos
preparado una fiesta de despedida.
-Nunca me gustaron las
despedidas.-dijo ella volviéndose hacia Niall evitando la mirada de Louis.
De repente éste se levantó y se
dirigió a Alejandra gritando.
-¿Por qué? ¿Por qué tienes que
irte?
Alejandra lo miró con rabia.
Aquello parecía el inicio de una discusión. Ella se levantó y se quedó a medio
palmo de su cara.
-¿Ahora me vas a decir que no
quieres que me vaya?-le preguntó gritándole con las lágrimas brotando por sus
mejillas.- ¿Ahora me vas a decir que me echarás de menos?- cada pregunta que le
hacía, lo empujaba golpeándole con ambas manos sobre el pecho.- Has perdido
tiempo evitándome, sin ni siquiera mirarme sin contarme lo que te pasa conmigo y
¿ahora me vas a pedir que me quede?
Louis la cogió de los hombros para
que dejara de empujarle.
-Todo tiene una explicación.-le
dijo él casi en susurro intentando tranquilizarla. Ella se secó las lágrimas y
le propinó un último golpe en el brazo.
-¿Cuál?-reclamó histérica sus
explicaciones. El miró a su alrededor. Los demás les miraban sin entender.
-Ven.-le dijo él agarrándola del
brazo y conduciéndola a la parte trasera de la casa, dónde nadie pudiera oírles.-Verás…
cuando me enteré de que íbamos a ir a España, la idea de poder encontrarte me
obsesionó.-paró y sonrió. Luego miró hacia arriba.-Dios, no sé como decírtelo…-ella
lo miraba con atención.-Creo que estoy enamorado.-Alejandra se llevó las manos
a la boca, sorprendida.- Creo que estoy enamorado de ella desde que la vi por
primera vez sentada frente a la hoguera, aquella primera noche de aquel
campamento.
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